Los hispanoamericanos nos acusan de no pensar en lo que estamos haciendo cuando, por ejemplo, decimos “subir para arriba” o “bajar para abajo”, y no les falta razón: ‘subir’ presupone siempre ir hacia arriba, y ‘bajar’ implica también necesariamente la realización de un recorrido hacia abajo. Si ello es así (y no creo que nadie lo dude) resulta evidente que cuando se sube se va hacia arriba y cada vez que se baja se va hacia abajo, siendo imposible hacerlo al revés. De donde, se mire por donde se mire, no sé si pensaremos o no en lo que estamos haciendo, pero al decir que subimos para arriba o que bajamos para abajo incurrimos, en mi opinión, en un evidente pleonasmo, esto es, en “demasía o redundancia viciosa de palabras”.
miércoles, 9 de mayo de 2007
Subir para arriba y bajar para abajo
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