He sido animada por Panocho a escribir esta entrada, aunque realmente debería ser él quien lo hiciera.
Desde que mantenemos contacto verbal he sido criticada en numerosas ocasiones por el uso de distintos tiempos verbales en la misma frase o por el uso del pretérito perfecto en lugar del indefinido para referirme a un suceso del pasado y ya terminado. Debo reconocer que he hecho todo lo posible por rectificarlo y, en gran medida, lo he conseguido, pero todavía me falta un poco. Sin embargo, aunque alguna vez meto la pata, Panocho ha conseguido que cada vez que oigo el error en boca de otros, lo reconozca e, incluso cuando soy yo quien lo comete, también me doy cuenta, aunque sea tarde.
He intentado hacerle entender que es muy difícil corregir un error cuando a todas horas lo estás oyendo (la gente que nos rodea, la televisión, la radio) y he conseguido que sea más benévolo, pero aún así, mete mucha caña.
Como no sé si con la descripción que he hecho os hacéis una idea de lo que quiero decir, os pondré unos ejemplos.
Es habitual, al menos en la zona centro (de la que casi todos los visitantes provenimos) mezclar los tiempos verbales: “el año pasado me fui de vacaciones a la playa y me he llevado sólo una maleta”. Quizá este error no sea tan corriente como el siguiente, pero os aseguro que lo decimos.
El otro, es del tipo: “ayer he comido lentejas” (en vez de comí) o “la semana pasada hemos visto una película” (en vez de vimos). Sí estaría bien si hablamos de algo más cercano en el tiempo (esta mañana) o de un suceso que no ha terminado o tiene continuación en el tiempo (“he escrito tres libros” se supone que no los he escrito todos hoy, pero el tiempo verbal da a entender que puedo escribir más todavía).
Así como el primer fallo creo que lo tengo superado (a ver si Panocho se atreve a hablar y lo confirma), el segundo, aunque está muy avanzado, cuesta más.
Creo que si al menos los visitantes de este blog (y algún cónyuge) lo corregimos, panocho habrá dado sentido a su lucha a favor del lenguaje (aunque tiene más cruzadas pendientes).
Desde que mantenemos contacto verbal he sido criticada en numerosas ocasiones por el uso de distintos tiempos verbales en la misma frase o por el uso del pretérito perfecto en lugar del indefinido para referirme a un suceso del pasado y ya terminado. Debo reconocer que he hecho todo lo posible por rectificarlo y, en gran medida, lo he conseguido, pero todavía me falta un poco. Sin embargo, aunque alguna vez meto la pata, Panocho ha conseguido que cada vez que oigo el error en boca de otros, lo reconozca e, incluso cuando soy yo quien lo comete, también me doy cuenta, aunque sea tarde.
He intentado hacerle entender que es muy difícil corregir un error cuando a todas horas lo estás oyendo (la gente que nos rodea, la televisión, la radio) y he conseguido que sea más benévolo, pero aún así, mete mucha caña.
Como no sé si con la descripción que he hecho os hacéis una idea de lo que quiero decir, os pondré unos ejemplos.
Es habitual, al menos en la zona centro (de la que casi todos los visitantes provenimos) mezclar los tiempos verbales: “el año pasado me fui de vacaciones a la playa y me he llevado sólo una maleta”. Quizá este error no sea tan corriente como el siguiente, pero os aseguro que lo decimos.
El otro, es del tipo: “ayer he comido lentejas” (en vez de comí) o “la semana pasada hemos visto una película” (en vez de vimos). Sí estaría bien si hablamos de algo más cercano en el tiempo (esta mañana) o de un suceso que no ha terminado o tiene continuación en el tiempo (“he escrito tres libros” se supone que no los he escrito todos hoy, pero el tiempo verbal da a entender que puedo escribir más todavía).
Así como el primer fallo creo que lo tengo superado (a ver si Panocho se atreve a hablar y lo confirma), el segundo, aunque está muy avanzado, cuesta más.
Creo que si al menos los visitantes de este blog (y algún cónyuge) lo corregimos, panocho habrá dado sentido a su lucha a favor del lenguaje (aunque tiene más cruzadas pendientes).